El futuro no es sólo el chef
Durante mucho tiempo, la gastronomía se ha explicado casi en singular: la cocina. El chef como figura central, el brillo de las guías, el sacrificio absoluto como moneda de cambio.
Pero algo está cambiando. Una nueva generación de talento gastronómico se abre paso con una mirada diferente: más amable, más culta, más consciente de sí misma y, sobre todo, más estratégica.
Ya no se trata de “dar la vida por un premio” ni de sostener modelos de negocio inviables que desgastan equipos y proyectos. Esta generación no está dispuesta a explotarse ni a hipotecar su felicidad en nombre del éxito.
El gran cambio es que hoy cocina, sala y gestión pesan lo mismo.
* La cocina impronta, pero no se entiende sin la experiencia de sala.
* La gestión ya no es un apéndice, es el eje que garantiza la rentabilidad y la sostenibilidad de un proyecto.
* El equilibrio se convierte en la clave para que los restaurantes no solo brillen, sino que también perduren.
La nueva era de la gastronomía no busca perderlo todo, sino disfrutarlo todo: construir negocios viables, generar equipos felices y crear proyectos que tengan sentido.
Ese es, quizá, el verdadero premio de nuestra generación.